7. ago., 2016

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HISTORIA DE SUS TIERRAS (1)

LA SUERTE DE ESCOBAR

La ciudad de Garín y los barrios que la circundan está emplazada sobre dos grandes fracciones de tierra denominadas, durante los siglos XVI y XVII, suertes principales y de sobras. La primera correspondió a don Alonso de Escobar, cuyo título fue otorgado por don Juan de Garay en 1582, tomando su nombre el curso de agua que las cruzaba (cañada de Escobar), también el mojón principal que marcaba el inicio de la suerte (mojón de la Isla de Escobar) y por extensión todos los habitantes que se encontraban ocupando campos desde la naciente de aquella cañada (localidad de Derqui), comenzaron a ser reconocidos como “vecinos de la cañada de Escobar arriba”. Los que se ubicaban entre aquellos y su desembocadura (los bañados del río Luján) como “vecinos de la cañada de Escobar abajo” (hoy localidades de Del Viso y Maquinista Savio) y los que se encontraban sobre la misma desembocadura, “vecinos del recodo de la cañada de Escobar” (localidad de Ingeniero Maschwitz).

La suerte de Escobar, se iniciaba en el antiguo mojón de la Isla de Escobar corriendo a la vera dicha cañada, con rumbo sudoeste, hasta  completar un frente de tres mil varas (2.598 m), conformando un fondo de nueve mil varas (7.794 m) con rumbo hacia los bañados del arroyo Las Tunas.

LA SUERTE DE SOBRAS

En cuánto a la otra fracción conocida en principio como suerte de sobras, correspondió a don Francisco de Muñoz, yerno de don Alonso de Escobar, por merced otorgada, en 1601, por el Gobernador don Francisco de Viamonte y Navarra. Esta suerte de sobras, como bien dice la palabra, eran las tierras de sobras que se encontraban entre los fondos de las suertes principales, muchas veces con especificación de limites muy difusos y sin determinación de medidas, que dieron como resultado largos litigios en los siglos venideros. En lo que concierne a nuestro partido, ésta suerte de sobras, se dividió a fines del siglo XVIII en dos grandes fracciones de iguales dimensiones, ambas con frente  a la Cañada de Escobar y con fondos hacia el arroyo Las Tunas, conocidas como las estancias de Pereyra (a) y de Benavídez (b).

a) La estancia de Pereyra: El primer  desmembramiento se produjo a partir del año 1686, luego de un largo pleito entre los Capitanes Juan Herrera y Hurtado y Luís del Aguila contra el Tte. Francisco de Pereyra, litigio que fue llevado a la Real Audiencia de Charcas, la que recién produjo un fallo favorable a Pereyra diez años más tarde. Las tierras en cuestión  tenían 3.000 varas de frente por 12.000 de fondo, unas 2.670 Ha.. En el mismo año de finalización el juicio, Pereyra vendió los campos que daban sobre los bañados del arroyo Las Tunas (hoy barrios de Gran Bourd), quedándole al vendedor una nueva fracción de igual frente pero por 9.000 mil varas de fondo, unas 2.024 Ha.

 b) La estancia de Benavidez: La segunda fracción (fuera de la jurisdicción de Garín), tiene una evolución que se inició por la misma fecha que la anterior y culminó en el 1703, año cuando los esposos Luís de Avalos y Mendoza y María del Aguila vendieron a don Juan de Benavídez una estancia similar a la anterior (3.000 varas de frente por 12.000 de fondo), que en medidas actuales corresponde a un campo de 2. 670 Ha. Estas tierras están hoy ocupadas por las localidades de Ingeniero Maschwitz, Benavídez y parte de algunos barrios de Gral. Pacheco, ubicados antes del arroyo Las Tunas.

LA ESTANCIA DE PEREYRA

En principio, este gran campo de 3.000 varas de frente por 9.000 de fondo, unas  2.024 Ha., el que por acción de las sucesivas compras, ventas, sucesiones y testamentarias, se fue fraccionando en áreas de menores dimensiones, con variación en sus frentes pero manteniendo siempre sus fondos de 9.000 varas. A continuación se consignan las principales ventas que subdividieron esta estancia, campos que quedaron en  poder de las tres familias más antiguas del lugar: Los Garín, los Beliera y los Díaz.

 Las tierras de los Garín

 En 1713, el Cabo de Escuadra don Simón Pacheco adquirió una estancia de 780 Ha. (900 varas de frente por 9.000 de fondo), las que a su muerte correspondieron a su única hija Francisca Javiera Pacheco, quien esposó en segundas nupcias al Capitán José Antonio Garín. En el año 1788, estas tierras fueron heredadas por los cinco hijos del matrimonio Garín Pacheco. Este campo se ubicaría entre estos actuales límites: el arroyo Escobar; calles José Hernández (Ing. Maschwitz) y sus continuaciones Pablo Lamberti, Tierra del Fuego y Pablo Marín, hasta su intercepción con la Av. de los Constituyentes y de ésta hasta la ruta Panamericana (Garín).

 Las tierras de los Beliera

 En el año 1784, don Juan Beliera compra a Silverio Román un campo de 1.000 varas de frente por legua y media de fondo hacia los bañados del río Luján, unas 2.024 Ha. La totalidad de estos campos luego fueron parte de la estancia de Villanueva (1889) y, desde 1910, están ocupados por parte del pueblo de Ingeniero Maschwitz.

En el año 1744 primero y 1797 después, Beliera vuelve a comprar dos campos con frentes a la Cañada de Escobar, sumando a su haber 350 varas más, los que fueron heredados por sus bisnietos Cecilio Ramón Beliera y hermanos.

Nota del autor: con la construcción del ramal ferroviario Victoria-Zelaya, una porción de esas tierras fueron confiscadas para la construcción de la estación Garín, cuya escritura traslativa de dominio entre el Ferrocarril Central Argentino y los hermanos Beliera se firmó el 19 de junio de 1893.

A continuación de aquellas tierras, comenzaban los campos los Díaz y luego de los Olivares. Estos últimos venden, en sucesivas oportunidades, gran parte de sus tierras a los Beliera, quienes también lograron anexar campos por herencia de Vicencia González esposa de Mariano Beliera y, otras por compras efectuadas a los Ballejos, logrando un patrimonio cercano a las 2.000 Ha., tierras que se mantuvieron en poder de esta familia hasta casi finales del siglo XIX, donde comienzan a desmembrarse por acción de la heredad y casi en su totalidad a mediados del siglo siguiente, primero con la creación de los barrios Alta Vista y Acacias Blancas (1945) y luego con el nacimiento del pueblo de Maquinista Savio (1960).

Nota del autor: sobre parte de esos campos se construyó la parada ferroviaria Km. 48, habilitada al servicio el 19 de diciembre de 1960. Este hecho marcó el nacimiento del pueblo cuyo crecimiento demográfico se potenció con los sucesivos loteos. Finalmente, con fecha 24 de marzo de 1968, la empresa ferroviaria impuso el nombre de Maquinista Savio a la parada Km. 48, denominación que por extensión también adoptó el pueblo.

Las tierras de los Díaz

En el año 1750, Antonio Díaz se estableció con su familia en un campo de 705 Ha., herencia, posiblemente de su esposa Inés López de Viveros (*1729), pues esas tierras eran parte de una gran estancia de 2.338 Ha., propiedad de sus abuelos el alférez Tomás López de Viveros y Ana de Lumbida, matrimonio asentado en la Cañada de Escobar desde principios del siglo XVIII. Este campo, lindero con los de Garín y los de Beliera, se mantuvo en poder de los Díaz hasta finales de siglo XIX y, hoy son parte de populosos barrios garinenses.

7. ago., 2016

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LA ESTACION FERROVIARIA

Las fracciones donde se construyó el camino ferroviario fueron en principio confiscados mediante el imperio de la Ley 1240 y, luego  adquiridas a sus propietarios. El 19 de junio de 1893, se firmó la primera escritura traslativa de dominio de un terreno ubicado en el Km. 44 del ramal Victoria-Coronel Zelaya. Esta operación se realizó entre los vendedores Cecilio Ramón Beliera y hermanos y la empresa concesionaria del Ferrocarril Central Argentino, que en una primera etapa colocó un apeadero y mas tarde construyó la estación de pasajeros con los correspondientes servicios de encomiendas, correo y playa de maniobras, denominada por la empresa ferroviaria “Estación Garín”.

Nota del autor: las razones de esta denominación nunca han sido encontradas. La suposición más lógica podría ser que la empresa ferroviaria haya tomado como referencia el accidente geográfico más cercano al lugar de construcción de la estación, en este caso un curso de agua conocido como arroyo Garín.

EL PRIMER POBLADO

La venta de los terrenos adyacentes a la estación ferroviaria nació por iniciativa de los hermanos Cecilio Ramón y Juana Beliera, quienes procedieron a dividir las tierras que se ubicaban al noreste de la playa del ferrocarril, con el correspondiente trazado de calles. La mensura no superó ocho parcelas, todas de formas  irregulares, siendo su límite la calle 5 (luego Garibaldi, hoy Lamberti). Mientras que las tierras ubicadas al sudoeste de la estación, fueron divididas en tres grandes fracciones irregulares, que no superaban la actual calle Fournier y Peirano, que era un antiguo camino vecinal que se internaba en los tambos y chacras de la zona.

Este proceso de “semi-urbanización” (pues solo se trazaban las calles y se amojonaban los lotes, sin ninguna otra clase de servicios) permitió la instalación de los primeros comercios junto al Bulevar de la Estación (luego Henry Ford y hoy Presidente Perón), cuyo resultado fue un muy lento crecimiento demográfico, que se activó por acción del primero y segundo remate de tierras realizado en 1907 y 1910. El primer poblado estaba compuesto en principio de once manzanas, distribuidas a ambos lados de la estación, con una gran zona rural donde se asentaban pequeñas estancias, tambos, chacras y hornos de ladrillos.

PRIMEROS VECINOS DEL PUEBLO   

Entre los nuevos propietarios de tierras se destacaban don Pablo Lamberti, quien, en el año 1893, adquirió un campo e hizo construir una señorial residencia frente a un camino vecinal (Cnel. Pringles y Córdoba). En el año 1895, don Pablo hizo levantar el inmueble donde funcionó la primera panadería del pueblo, que puso a cargo de don Antonio Fagliani, bautizada en 1910 como “El Centenario”. En 1898 gestó la instalación de la primera escuela primaria, en una casona de su propiedad, que funcionó en ese lugar desde el año 1898 hasta 1915.

Alrededor del año 1895, don José Angel Caferatta adquirió unos terrenos frente a la estación ferroviaria donde construyó una confortable casona y un local comercial donde funcionó uno de los primeros almacenes de ramos generales, mas tarde ferretería y corralón de materiales (Bulevar de la Estación entre Sarmiento y Las Heras).

Antes de cruzar el paso a nivel de la calle Belgrano, se encontraba otra antigua casona que había pertenecido a la familia Lani (italianos), luego talabartería regenteada por don Antonio Nicolás Sansa. Cruzando el paso a nivel sur se encontraba la herrería de don Manuel Pérez instalado en el pueblo por 1905. En el año 1890 se abrió la primera carnicería regenteada por don Gregorio “Goyo” Iglesias. Al oeste de la estación (entre las actuales calles Dechiara y Ayacucho) estaba el almacén de ramos generales de don León Palacín, precedido por dos fuertes palenques. Metros más adelante y frente mismo a la estación estaba el rancho de don Ceferino Peirano, que hacía las veces de posada y pulpería con un breque de alquiler para servicio de los transeúntes. En el año 1927, en ese mismo lugar se instaló don Miguel Mansur, propietario de la famosa Tienda Mansur, antiguo comercio del pueblo todavía en actividad. En la otra punta del bulevar de la estación, a pasos del otro paso a nivel norte, estaba la casona de don Fructuoso Díaz, hoy demolida, para dar lugar a la actual avenida que lleva su nombre, donde mantenía dos volantes como coches de alquiler.

Junto a la finca de Díaz estaba el almacén de don Sebastián Portillo, quien en el año 1890 habilitó la primera Estafeta Postal del pueblo. Alrededor del año 1913, don Cayetano Bourdet instaló otro almacén de ramos generales y despacho de bebidas en la actual esquina de Bourdet y Pte. Perón. En el año 1914 los hermanos Cigliutti compraron campos donde explotaban un tambo y un matadero, regenteando también un reparto de carnes y una carnicería. Otro personaje de entonces fue don Angel Machín, alambrador de oficio, asentado en el pueblo por el año 1911.

Alrededor del año 1890, los Bedoya y los Ressio, compraron campos alejados de la estación ferroviaria donde construyeron sendas quintas de fin de semana, en tierras hoy ocupadas por los barrios Bedoya y Garín Oeste.

4. ago., 2016

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LOS PRIMEROS REMATES

Según don Eugenio Lamberti (hijo de don Pablo Lamberti, vecino del pueblo desde el año 1893), afirmó (en el momento de esta entrevista superaba los 90 años) que el primer plano de división en manzanas y lotes fue efectuado alrededor del año 1906 por los ingenieros Pico y Becco, a solicitud del Dr. Luís Manzone, propietario de una franja de tierra ubicada entre las siguientes arterias: Calle 2 (2 de Abril) y Calle 18; Bulevar de la Estación (Presidente Perón) y Camino Real (Ruta Panamericana), trazando 78 manzanas, promoviendo el primer remate del pueblo.

Nota de autor: El 15 de junio de 1957 apareció "El Hornero", prestigioso medio de prensa garinense que marcó toda una época con fuertes editoriales y, con gran llegada a toda su zona de influencia (Pilar, Del Viso, Escobar, Maschwitz y Matheu), fundado y dirigido por don Osvaldo Cigliutti, un vecino con grandes convicciones personales y con gran afecto por su pueblo: "su voz se hacía sentir con la crítica justa con las cosas que consideraba injustas". Lo hacía a través de un personaje central, popular y legendario de su diario; Don Garín, cuya imágen se observa en la parte superior de esta página, presencia de buen criollo y de pocas palabras, pero cuando se molestaba había que verlo hablar a través de sus largos y jugosos editoriales. Como aquella vez, muy molesto con los políticos por la división de Garín, cuando la formación de partido de Escobar en 1959. En una de esas embestidas y con tono de enojo, arremetió: "...es que ustedes me han cargado bien las espaldas de responsabilidades y, soy medio escurridizo cuando tengo que hablar de cosas que están muy cerca de eso que llaman política: Pero voy a ir al grano. Primero en mi carácter del más antiguo poblador de este pueblo, quiero que sepan que estoy muy resentido don el intendente de Pilar, con eso de la línea divisoria que le impondrán a Garín.(esa línea divisoria esta dada actualmente por la calle Patricias Argentinas, límite con el partido de Pilar), que pasa por el almacén de Farruco (que estaba en tierras del hoy barrio de Vicenzo). Nos quitan más de la mitad del territorio y encima dejan las cosas "patas para arriba": por ejemplo quedaran Castelanos, Alfagemes, Beliera, Cigliuti que son de Garín y, otros afuera de Garín, separadas sus familias por esa línea divisoria. Hasta yo que soy de Garín me quedaré afuera y, eso que soy don Garín.

Si se confirma todo eso, tendré que dar un vistazo al rancho de día y de noche a dormir con mi recado en ese ombú grande que hay en el pueblo y, encima el intendente de Pilar ha dicho que la parte que pasa de Garín a Pilar, va a dar pérdida. Entonces porque no dejan las cosas como estan y no nos molestan más...".

Aquel evento comercial de la venta de lotes en remate público estuvo a cargo de la empresa COLLET Y LLAMBI, llevado a cabo el  “domingo 10 de marzo de 1907”. En esta ocasión se previó una manzana para plaza y un terreno para el futuro templo del pueblo. Las condiciones de venta estaban especificadas en un volante, donde se informaba a los interesados de la partida de un tren especial con pasajes de ida y vuelta con salida desde la estación Victoria.

No se han encontrado evidencias de un remate anterior al año1907, sino solo ventas individuales de las parcelas ubicadas frente a la estación ferroviaria, vendidas por Ramón Cecilio Beliera y Hnos., propietarios de esas tierras por herencia de sus padres. Dichas ventas individuales no superan el año 1893.

Un segundo remate fue llevado a cabo el “domingo 2 de enero de 1910” por la firma Williams y Giménez, ofreciendo 600 lotes (trazados sobre 21 manzanas) y 75 quintas de ¼, ½, 1 manzana y 1 manzana y ½, a pagar en 80 mensualidades. (Notas 1 y 2)

Nota 1: La promoción del remate fue publicada en el diario La Nación del miércoles 15 de diciembre de 1909, detallándose las condiciones de pago:”La venta se realizaría sobre los mismos terrenos a partir de las 2.30 p.m. La oferta se iniciaría con una base de 2 $ m/n el lote: 10 $ m/n cada cuarto de manzana; 20 $ m/n cada quinta de una manzana y 30 $ m/n cada quinta de manzana y media. La venta se pactaría en 80 mensualidades: tres en el acto del remate y tres al recibir la libreta de pagos. Las mensualidades restantes se abonaran del 1 al 10 de cada mes en el Banco Popular Argentino de Capital Federal. Se hará un 20 % de descuento para quien pague al contado.

Nota 2: En esa misma publicación se detallaban las ventajosas características del lugar: “…la mejor tierra de los alrededores de la Capital con aguas riquísimas. Pueblo de inmenso porvenir, por su situación estratégica y por estar rodeado de tierras inmejorables para toda clase de cultivos. Para jardineros y horticultores no hay nada mejor ni más barato. Para quintas de recreo y fin de semana es incomparable por lo pintoresco del paisaje. Se ha reservado una manzana para plaza y, frente a la misma se está construyendo la iglesia, (inaugurada en 1911) y, muy pronto el edificio de la escuela pública (que recién fue construido en 1949). También se había reservado una fracción sobre la calle Belgrano y la otra sobre Churich, para la construcción de edificios públicos (comisaría, consejo escolar o registro civil )". Nota: Estos terrenos nunca fueron utilizados para las funciones prometidas por la firma donante y especifocadas en el folleto de venta (¿?).

OTROS REMATES

Durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918), la población se estancó como consecuencia directa de aquel conflicto, no existiendo prácticamente contingentes de inmigrantes europeos. A comienzos de la década de 1920 y, una vez finalizada la guerra, comenzó a intensificarse la llegada de inmigrantes de todos los rincones de Europa. El pueblo de Garín fue receptor de muchos italianos, en su mayoría campesinos provenientes del sur de la península itálica con ventaja de calabreses y sicilianos, quienes se fueron afianzando a la nueva tierra, potenciando una de las más destacadas industrias rurales del lugar: la floricultura, llegando a competir con la producción lechera, cuyos tambos eran atendidos por criollos, vascos y españoles.

A casi treinta años del segundo remate, la firma Rufino de Elizalde y Cia., llevó a cabo el  tercer remate del pueblo, realizado el “domingo 8 de diciembre de 1940”, colocándose a la venta  300 lotes y varias parcelas ¼ de manzana para quintas, ubicadas entre la calle Roma y el camino Real (Panamericana). En el folleto de promoción se hacía referencia a la plaza Colón (actual Gral. Belgrano), frente a esta estaba determinaba la parcela para la construcción de la escuela primaria.

TAMBEROS, QUINTEROS, FLORISTAS Y HORNEROS

La estación ferroviaria se constituyó en el centro gravitacional y activo de toda una gran zona rural, denominada Cuartel IX del partido de Pilar (hoy del Pilar), dedicada a la producción agropecuaria. Con la llegada de los inmigrantes surgieron las chacras y granjas: aves, huevos, quesos, embutidos, dulces y una gran variedad de productos eran llevados por el ferrocarril hacia los centros de consumo del gran Buenos Aires.

El ganado proveniente de los establecimientos de campo, era arreado hacia unos grandes corrales ubicados en el playón de la estación, cuyo embarcadero se encontraba junto al paso a nivel de la calle Belgrano, desde donde era embarcado en vagones jaulas hacia los mercados de hacienda de Buenos Aires.

En realidad en esta zona las estancias criollas no superaban las 500 Ha., cuyos campos de buena pastura y aguadas eran aptas para el engorde del ganado vacuno, procedimiento conocido como invernada. La cría de ganado ovino y su venta en pié, como su esquila fue otra de las tradicionales actividades explotadas en las estancias.

La actividad más destacada fue la lechera, cuya producción fraccionada en tarros de veinte y cincuenta litros, era acercada diariamente a la estación ferroviaria para ser embarcada en una formación especial conocida como “el tren lechero”, que corría diariamente a dos horarios: 9.45 y 16.45, con destino a las estaciones de Victoria, Acasuso, San Isidro, Olivos y Vicente López, donde era comercializada en forma domiciliaria por los “repartidores de leche” en sus pintorescas y coloridas jardineras.

Se destacaban por su importancia los tambos de don Pablo y Agustín Beliera, Benito Sanz, José Castelano, Justo y Pablito Beliera, Juan Larrandá, Eleuterio Cufre, Juan Dulio, Eduardo  y Justo Lubo.   Enrique Muller, Justo, Pedro y Alonso Nieto, Pio Cippitteli, Juan, Fernando y Francisco Egoburo,  Juan Errecart, Roque Guerrini, Miguel Depetri, José Zabala, David Alvarez, Juan Fagliani, José  Eyhartz, José Burdel, Luis Zanardi, Mariano Hervin, Emilio Caferatta, José Castellano y Carlos Rimoldi.

Una de las quintas más antiguas fue quizás la formada por los hermanos Luís y José Lanfranchi, radicados en Garín desde el año 1891 (antes de las creación del pueblo), por compra de tierras realizada a los hermanos Santiago, Francisca, Eleuterio, Januaria y Petrona Celestina Díaz.
La producción de la granja era destinada para su fábrica de conservas (tomates peritas, arvejas, etc.), industria que fue cerrada por falta de importación de envases, durante la segunda guerra mundial. Según su nieto don Carlos Omar Lanfranchi, su abuelo don Luís, complementaba el trabajo de la tierra con la cría cerdos.
Otras quintas de verduras, legumbres y afines, tuvieron relevancia a partir de la finalización de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), con el establecimiento de don José Canzoniero, Sotelo Forchilli, Enrique Celestino y Carlos Alfajene, entre muchos otros, cuyos productos eran comercializados, gracias al transporte ferroviario, en el Mercado de Virreyes.

La primera industria manufacturera de Garín fueron los hornos de ladrillos. El primero de ellos fue instalado por don Luís Ressio en el año 1890, en campos hoy ocupados por el Barrio Garín Oeste. Su producción era acercada hasta el playón de la estación en grandes carretones tirados hasta con ocho caballos percherones. El producto era embarcado en las chatas ferroviarias (vagones diseñados especialmente para transportar esa clase de producto) con destino hacia los corralones del Gran Buenos Aires y Capital Federal.

Años después sobre campos hoy ocupadas por el barrio Villa Angélica Norte, se crearía otro horno de ladrillos, propiedad de don Aquiles Tabarelli y su yerno Carlos Lanfranchi, según testimonio de su hijo Carlos Omar Lanfranchi.

Otras de las industrias destacadas de Garín fue la floricultura, que comenzó con la llegada de don Francisco Ciarlero, un italiano que llegó al pueblo en el año 1911. Años después siguieron otros italianos como Salvador Vitale, Juan Volpi, Cilento y un japonés llamado Sikora. Finalizada la Primera Guerra llegaron Juan Virgadaula, Francisco Torre, Salvador Guarnuccio, Manuel Torre, Juan Riera, Enrique López, Seminaro, Condolucci y  Francisco Cirolli. A fines de los años cuarenta (fin de la segunda guerra) lo hicieron José Virgadaula, Zuccala, Tropeano y José Lumiera, entre otros. 

EL ARROYO GARIN

El arroyo Garín era un curso de agua que se tomaba como punto de referencia en antiguas mensuras, las más antiguas lo hacían con la denominación de arroyo Los Arenales, por descargar sus aguas en un campo que contenía una gran masa de ese mineral, por ende, campos conocidos como Los Arenales, adquiridos en 1889 por el Dr. Villanueva, donde se trazó el pueblo de Ingeniero Maschwitz.

La denominación de “arroyo Garín” puede estar posiblemente vinculada a los usos y costumbres de los lugareños, que lo conocían de esta manera haciendo referencia a un rancho abandonado y en ruinas, que se encontraba a la vera de su curso, conocido como “la tapera de Garín”, cita observada en muchas mensuras de la época. Esta circunstancia hizo que probablemente los pobladores hayan comenzado primero a denominar a ese curso de agua como el “arroyo de la tapera de Garín”, apelativo que con el correr del tiempo se resumiría a la simple expresión de “arroyo Garín”.

LAS TRES FAMILIAS FUNDADORAS

Desde principio del siglo XVIII, hasta pasado el primer cuarto de nuestro siglo, la totalidad de las tierras contenidas en antigua fracción de Pereyra y en la mitad de la Suerte de Escobar, estuvieron en posesión de la familias los Garín, los Díaz y los Beliera, cuyos entroncamientos familiares hicieron que sus descendientes estén casi todos emparentados entre si. Esto fue tan así, que en el año 1898, en ocasión de efectuarse una mensura sobre los campos de don Zenón Díaz, el agrimensor actuante tuvo que realizar un profundo estudio de títulos de todos los propietarios  que  en ese momento poseían tierras en la antigua Suerte de Pereyra. Lograr ese cometido fue difícil, pues la falta de mojones, títulos, subdivisiones, etc., hizo que el trabajo fuese extremadamente complejo, a tal punto que en su informe expresaba:”......actualmente se conceptúa que hay en este paraje alrededor de 400 personas de todo sexo y edad, que llevan el apellido Díaz, Beliera o Garín, habiéndose formado en más de un siglo de matrimonios entre parientes, una confusión indescifrable, tanto desde el punto de vista genealógico como el de los haberes hereditarios. Que  han sido vendidos, donados,  transferidos o permutados entre sí, algunas veces hasta por simple manifestación verbal, quedando esto hoy solucionado por la posesión... “.

Los Garín Pacheco 

Fundador de esta familia fue el Capitán don José Antonio Garín (1717-1783), vasco, posiblemente natural de Guipúzcoa, casado con Francisca Javiera Pacheco (1724-1788), ésta en segundas nupcias e hija del cabo de escuadra Simón Pacheco, de quien hereda un campo de 743 Ha., con frente a la Cañada de Escobar y fondo hacia el bañado del arroyo Las Tunas. Del matrimonio Garín y Pacheco nacieron siete hijos, de los cuales solo dejaron descendencia Agueda (1764) y Manuel Facundo Garín y Pacheco.

* Agueda Garín y Pacheco casó con Alejandro Parra, de quienes solo se ubica un hijo llamado Victoriano Parra (1793) con no muy dilatada descendencia.

* Manuel Facundo Garín y Pacheco fue casado con María Francisca Aguilar, padres de por lo menos dos hijos: Juana Francisca Epitacia (1781) y Mariano Garín y Aguilar (1782), ambos dejaron una interesante descendencia cuyas ramas genealógicas llegan hasta nuestros días, vecinos todos de los distintos pueblos que conforman el partido de Escobar.

Los Díaz de la Cruz

Fundador de esta familia fueron Diego Díaz (*1694) y María de la Cruz (*1704), empadronados durante el Censo de 1744, quienes declararon tener campos y estancia con frente al río Luján (hoy territorio de Matheu y Zelaya). De este matrimonio nacieron Santiago, Antonio, Enrique, Juan Andrés, Catalina, María y Paula. Antonio (el segundo hijo de este matrimonio, nacido por 1725) se estableció con su familia en un campo de 705 Ha., herencia de su esposa Inés López de Viveros (*1729), con frente a la Cañada de Escobar y con fondo hacia el bañado del arroyo Las Tunas). Este matrimonio procreó siete hijos (quizás más), aunque a los fines de este trabajo solo se han seguido las ramas genealógicas que llegan a dos nietos en cuarta generación (cuadrinietos): Fructuoso Díaz y Roberto (1848-1927) casado con Francisca Biscaldi y, la otra formada por Florencio Díaz y Garín (1844-1877) y Fidela Ramona Díaz y Roberto (1844). Ambos matrimonios fueron vecinos del pueblo de Garín dejando una dilatada descendencia que llega hasta nuestros días.

Los Beliera Olivares

Fundador de esta familia fue don Juan Bellera, argentinizado Beliera (1704-1814), un hispano/francés de ancestral raíz catalana, quien debe haber llegado a estas tierras durante la tercera década del siglo XVIII, patrón de barco (por eso su mote de “Patrón Juan”), dedicado al transporte de mercancías entre el puerto de Buenos Aires y Colonia (Uruguay). Fue miembro activo de la cofradía de la primitiva iglesia de Nuestra Señora del Pilar (pueblo del Pilar viejo) y, quizás uno de sus fundadores. Ya con 56 años de edad y, posiblemente retirado de su oficio de marino, adquirió tierras en la Cañada de Escobar donde planta su estancia y, toma matrimonio con Basilia Antonia Olivares (1743-1819), una joven criolla de tan solo 17 años de edad (Nota 2), con quien procrea doce hijos, de los cuales solo siete dejaron descendencia, cuyas ramas genealógicas llegan hasta nuestros días.

Nota 2: Basilia Antonia Olivares (1743-1819) era descendiente en el grado de cuadrinieta (nieta en quinta generación) de las hemanas Inés y Margarita Luys Cabral de Melo, portuguesas, naturales de las Islas Azores, que llegaron al país en 1599 con sus respectivos esposos, fundadores a la postre de una extensa genesis criolla, que llega hasta nuestro días.

FECHA DE CREACIÓN DEL PUEBLO Y DECLARACIÓN DE CIUDAD

El Concejo Deliberante de Escobar, instituyó mediante Ord. 1426/93 como fecha de simbólica fundación del pueblo de Garín el “19 de junio de 1893”, día en el que se firmó la escritura traslativa de dominio entre el Ferrocarril Central Argentino y Ramón Cecilio Beliera y hermanos, donde se construyó la estación ferroviaria. Ochenta y dos años después del nacimiento del pueblo fue declarado ciudad mediante la Ley 8.427, sancionada en la Legislatura Provincial el “18 de junio de 1975”.

Bibliografía y documentación consultada:

1) "Historia de los pueblos de partido de Escobar" (y de los hombres e instituciones que marcaron su destino) de Juan Pablo Beliera. Editado por la Municipalidad de Escobar (2001)

2) “El Partido de Escobar” (estudio crítico histórico genealógico) de Juan Pablo y Aldo Abel Beliera. Editado por la Municipalidad de Escobar  (1997)

Queda hecho el depósito que marca la Ley 11.723. Derechos de Autor. Prohibida su reproducción total o parcial en ningún medio gráfico, visual o electrónico sin la autorización escrita del autor

Comentarios

23.03.2021 16:29

Carlos Manzone

Excelente trabajo de investigación. Muchas gracias

24. jul., 2016

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EL ESCUDO DE GARIN

Fue obra de don Osvaldo Cigliutti, activo colaborador de la Asociación de Fomento Unión Garín, periodista y fundador de “El Hornero”, primer semanario garinense, que marcó toda una época del periodismo local en la década del sesenta.

El escudo de Garín, si bien no guarda las estrictas reglas de la ciencia heráldica, se lo puede describir de esta manera: Su forma responde al formato francés redondeado y apuntado, usado frecuentemente en España durante la Edad Media, debido al afrancesamiento de sus nobles.

Según el autor, este formato se ajusta a los antecedentes históricos de la ciudad de Garín, donde se reconocen a los conquistadores Juan de Garay, Pedro de Sayas, Hernando de Mendoza, Juan de Garay el mozo y Alonso de Escobar, todos poseedores de campos donde luego se asentaron los cinco pueblos que dieron lugar la creación del partido de Escobar. Este hecho se simboliza con el casco de los conquistadores que descansa en su canto superior.

El fondo oro, donde se asientan los emblemas representativos de la ciudad de Garín, simboliza a la nobleza, a la magnanimidad y la riqueza. Sobre el mismo campo y en el canto inferior se sobreponen dos flores, representativas de la floricultura una de las actividades rurales pioneras de la zona, que sostienen el nombre de la ciudad.

Sobre el fondo oro y en un primer plano se observan los elementos principales del escudo, cuya simbología fue extraída de conceptos propios del autor: “…en el cantón inferior sobresale la familia (símbolo de unidad); un libro abierto (la cultura, el estudio, el saber), donde se apoya en nido de un hornero (laboriosidad, hogar) y el yunque (el trabajo diario). Todos estos elementos están sobre un campo verde (símbolo de la llanura bonaerense) se destacan tres puntales de las comunicaciones humanas: el ferrocarril, la ruta Panamericana y una antena de radio. En el horizonte se impone el sol naciente, emblema principal de nuestra enseña patria, que descansa sobre un cielo azul y blanco colores representativos de nuestra nacionalidad...”.

Oficialización del escudo de Garín

El emblema de la ciudad de Garín comenzó a usarse desde el mismo momento en que su autor, don Osvaldo Cigliutti, lo puso en vigencia, a comienzos de los años sesenta y, fue aceptado por “usos y costumbres”. Recién fue oficializado mediante Ordenanza Municipal Nº 1426/93, bajo la administración del intendente Fernando Argentino Valle, durante los festejos del centenario de la ciudad celebrados el 19 de junio de 1993

Bibliografía consultada:

1) "Historia de los pueblos del partido de Escobar" de Juan Pablo Beliera. Editado por la Municipalidad de Escobar. e impreso en los talleres gráficos del Congreso de la Nación Argentina en el mes de septiembre del 2001.

2) "El partido de Escobar, estudio crítico histórico genealógico".de Juan Pablo y Aldo Abel Beliera. Editado por la Municipalidad de Escobar e impreso en la Agencia Periodística CID-Diario del Viajero, en el mes de octubre de 1997

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